Una mirada-resumen a la última edición: ¿nos volvemos a encontrar?
Menuda cosa bonita es atesorar recuerdos que te permiten, sin tener que mirar atrás siquiera porque los llevas dentro, retomar fuerzas de las personas con quienes compartiste camino, de las aventuras co-vividas durante ese trecho y de los momentos fugaces que, sin embargo, dejan surcos alados en tu memoria. Debería decir, quizás, en nuestra memoria...
Un día como hoy, en que se celebra a destajo la primavera y la poesía, os traemos recuerdos de la última edición de nuestro Festival en forma de palabras e imágenes. Un documento que rezuma todo el cariño que desde el equipo de coordinación, las y los poetas y las personas que habitan el Valle, hasta el resto del público que se unió, pusimos para poder estar a gusto.
Fueron más de 50 poetas y creadores en distintas disciplinas y más de 800 personas interesadas (o intrigadas) por la poesía las que formaron parte de esta edición. Estas cifras muestran el atractivo del Festival como iniciativa para la promoción del Valle como destino cultural en combinación con el creciente interés por el turismo medioambiental. El público que se acercó incluyó tanto a personas venidas de fuera que programan una estancia en el Valle, como a residentes locales, lo que generó una oportunidad para la interacción y el intercambio más allá de espacios más convencionales. Este aspecto de descubrimiento por ambas partes constituye sin duda una de los aspectos más innovadores del Festival.
Además, el respaldo que tuvimos por parte de medios de comunicación extremeños y nacionales nos parece muy esperanzador. Os animamos a que os descarguéis el documento completo para volver a leer nuestro pequeño resumen sobre esa tercera edición, a la vez que disfrutáis del increíble trabajo que ha realizado nuestro compañero, David Trashumante apoyado por las imágenes de Demian Ortiz. Por favor, no dejéis de contarnos qué os ha parecido.
Nos gusta pensar que tanto la primavera como la poesía seguirán sucediendo más allá de la pulsión obsesiva de etiquetar, de empaquetar y de reproducir todo mecánicamente. La primera seguirá aconteciendo independientemente del futuro de esta especie encaminada a una auto-extinción acelerada. Sin embargo, la segunda encontrará en la conciencia de la vulnerabilidad y la determinación que también nos caracterizan como especie, el potencial tal vez de pararnos a observar no solo la primavera, sino otros muchos ciclos esenciales que la naturaleza pone a nuestro alcance. Esa conciencia hecha poesía se concentra en el Valle en noviembre con energía enhebradora de vidas que solo lo son plenamente una vez se entrelazan con otras y con el planeta que las acoge.
Hasta noviembre que viene en que volvamos a encontrarnos en el Valle del Jerte, sucederán dos encuentros de Voces del Extremo que no os podéis perder. En el mes de mayo, el primer encuentro en Candelario, organizado por nuestra querida Montse Villar y en julio, como cada año, el encuentro de Moguer (os dejamos con el enlace del último año a la espera de que se publique el de este año).
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