Eco-poesía en el Jerte
Comienza la cuenta atrás. Hemos empezado a recibir fichas de poetas que vendrán, vamos cerrando poco al poco el programa, andamos reservando alojamientos y morimos de ganas de recibiros. En breve lanzamos una versión puesta al día del programa y añadiremos entradas en este blog dedicadas a las personas y poéticas que vendrán para nunca marcharse. Nosotras mismas andamos reflexionando sobre eso que nos (con)mueve y nos envolverá en menos de tres meses en el Valle. Eso que llamamos "eco-poesía". De muestra, el botón que nos ofrece Ángel Calle con sus palabras...
Re-andar el mundo. Mostrar nuestras pupilas heridas y nuestros labios alegres. Viajar de nuevo entre seres vivos, materia orgánica y otros universos. Poblarnos de versos humildes y sostenedores como un injerto o un fermento de ortiga. Preguntar con la boca necesitada la necesidad de otras bocas.
Que la poesía sea alma hecha tierra, urdida en lazos. Que tape sus cuerpos y sus lápices frente a la poesía cadalso, la literatura para centros comerciales o la nueva poesía de extintores intensos bajo el león famélico del espectáculo. Que brinde entre naturalezas desobedientes.
Declararse, a ser posible colectivamente, en vías de desaparición, rechazando una máscara de mamífero que ya no nos corresponde: somos especie naufragada. Admirar la serenidad del musgo y de las piedras que levantan huertos y no tabiques. Poder desde ahí abrazar el sol y las ramas viejas. Construir con ambos un nuevo fuego de poemas y resistencias para una transición menos dolorosa, para una extinción más acogedora.
Palabras para aproximarme a mi Ecopoesía en el Valle del Jerte.
Que la poesía sea alma hecha tierra, urdida en lazos. Que tape sus cuerpos y sus lápices frente a la poesía cadalso, la literatura para centros comerciales o la nueva poesía de extintores intensos bajo el león famélico del espectáculo. Que brinde entre naturalezas desobedientes.
Declararse, a ser posible colectivamente, en vías de desaparición, rechazando una máscara de mamífero que ya no nos corresponde: somos especie naufragada. Admirar la serenidad del musgo y de las piedras que levantan huertos y no tabiques. Poder desde ahí abrazar el sol y las ramas viejas. Construir con ambos un nuevo fuego de poemas y resistencias para una transición menos dolorosa, para una extinción más acogedora.
Palabras para aproximarme a mi Ecopoesía en el Valle del Jerte.
Comentarios
Publicar un comentario